sábado, 21 de marzo de 2009

Finalmente nos gano lo que consideramos la mejor de nuestras historias, hable con Matias, me dijo que si, que adelante, entonces la pelota empezo a correr, no queria o no podia detenerla, querer y poder enseguida parece un manifiesto y no queriamos eso, queriamos que la simpatia con la que habiamos emprendido el viaje no se deteriorara. Entonces llamamos a la puerta, nerviosos los dos, asustados y emocionados, le pedimos a Jose que se viniese con nostros, que lo peor que podia pasar era que no pasase nada.
Mire para atras como siempre nadie en la puerta de despedida, mi aversion por las despedidas es por la ausencia total de despedidores.

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Que he de temer?. No le doy a mi vida mas valor que el de un alfiler. EN cuanto a mi alma, ¿que podra hacerle? si es inmortal.
J.L.BORGES