sábado, 13 de junio de 2009

Esa muerte

Esta ves las ganas de hablar de la muerte, por que otra vez, cerca, golpea una puerta.
Me dijo que el problema es que en algún momento dejo de sentir para dedicarse exclusivamente a pensar. Dejo de sentir hasta que cayó en la cuenta que la vieja no volvía. Que la operación de apéndice no se iba a realizar, que no serviría para nada y me pregunto si las cosas sirven para algo?...Es así nomas?, no pasa nada?. Un día cualquiera el corazón deja de latir y ahí nomas se termino la historia? Ya quisiera yo tenerte una respuesta querido amigo, que se aplaque el vacio en el estomago.
Así que fría, la cortina de la triste ventana de la clínica se agita impredecible, nadie sabe cuando y nadie quiere sospechar como, por las paredes oscuras y entre los olores que quedaran para siempre en sus venas, verán como se va, verán como sin querer despedirse, quizás pueda decirles esa frase que los va a acompañar el resto de la historia y si eso pasa quizás puedan descifrar porque.
A mi me sigue sobornando la esperanza, ahora, un tiempo después, me insiste el corazón y hasta una niña que juega en casa a la eternidad, eternidad que cada tanto me creo.
Somos el producto de una sociedad subdesarrollada, que no se bloquea y que sigue con la memoria y las ganas de patalear ante la indiferencia de Dios.

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Que he de temer?. No le doy a mi vida mas valor que el de un alfiler. EN cuanto a mi alma, ¿que podra hacerle? si es inmortal.
J.L.BORGES