Y me contó que a la semana y media mas o menos ya se dieron cuenta de que aparte de armas y comida a los jefes les falto siempre huevos. Y que ellos sabían bien que no iban a ganar ni con Dios al lado, que los cañones de ellos tiraban 70 metros mientras que los nuestros 30. Y en el frente ese monton de correntinos que de corajudos nomas pelearon y pelearon solos y con todo en contra. Orgullo decian ellos. Boludes me dijo él.

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- Me encontre de repente buscando en la memoria de por que estaba aca, estaqueado, acusado de robar y carnear una oveja de los kelpers, y arrestado por mis mismos jefes durante tres dias...

En Corrientes hay de todo menos fresco, 40 grados en la espalda pesan casi tanto como la memoria, la memoria de haberlos sentido, de estar ahora muerto de frio en unas islas tan lejos del mundo y no tener calor y no tener un plato de sopa de las 12 del mediodia y dormir en una trinchera que mas que trinchera era un pozo de agua lleno de humedad y soledad.

Por que no se parecia en nada al pais que conocia por eso no sentia que lo debia defender, eso lo pienso ahora que pasaron tantos años y la gente ya me dijo tantas veces que me habia vuelto loco que me lo termine por creer.

Cuando la orden llego lo mas importante que sentí, fue un terrible miedo por lo que podria hacer, incluso mas que lo que me harían. Como no dejaba en corrientes mas que padres por que los amigos se venian conmigo, mujer no habia y chicos tampoco, la cosa, pensé, podia ser mas simple.

Claro, no lo fue....

Y me dijo que los jefes se arrancaban las tiras y nosotros que ahora cobramos sueldos de cabo dorrmiamos en camarotes y los jefes por cobardes fregaban los pisos de los barcos que nos traian de vuelta a la argentina, por que alla abajo en el mapa, nada era argentino, y me dijo que ahora 25 años despues estaba recien animandose a reveer lo que habia pasado y tenia un tantito asi menos de bronca.