
Ahora que se han acabado los heroes, que los soñadores se quedan a mitad de camino, que las utopias son cuadros brillantes en la pared.
Es debidamente necesario recordarlo. Para no comercializarlo mas, para no vender su rostro como si fuera una estrella de rock, para no entregarse a la facilidad de pretender pensar que eligio su camino. Para cuestionarnos por que nuestra desidia y falta de fe.
Habra hijos para que hablemos de el, hoy que nos enteramos demasiado tarde de su entrega.
A la eternidad Comandante... Que sus banderas flameen otra vez, alguna vez.
1 comentario:
Si en algún lado queda la clara, la entrañable transparencia...etc, estoy segura de que no es una remera. El increible el poder de desvirtuar las cosas que tiene el tiempo, y lo terriblemente más fácil que eso resulta cuando ya nadie se pregunta nada, cuando todos imitan un molde vacío.
Yo creo que las banderas si flamean, pero casualmente, estamos mirando para otro lado.
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